La nueva prórroga de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que comenzó a negociarse el pasado 16 de Septiembre, pondrá “énfasis” en la formación de los trabajadores que se encuentran aún en suspensión de actividad. “Algunos de ellos tendrán que reajustar sus actividades dentro de la empresa o hacia otras empresas o sectores. Ese esfuerzo de formación de calidad y orientado a una mejora de sus habilidades tiene que ser un elemento adicional y central en el nuevo esquema que se inicie. Este es el elemento principal”, ha asegurado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
“La prioridad ahora ya no es tanto la activación, porque ya se han activado casi todos [los trabajadores en ERTE]”, ha añadido el ministro, que renuncia ya al mecanismo estrella de la última prórroga: incentivar la reincorporación de las plantillas con mayores exenciones de cuota para sus empresas. En su lugar, impulsa una experiencia puente hacia los nuevos ERTE de formación que se lanzarán en 2022 con fondos europeos.
“Hemos comentado que hay 92.000 personas que están en ERTE desde el principio, que desde septiembre de 2020 no tienen exenciones [a la Seguridad Social] y además el 56% de estos no han tenido ningún tipo de movimiento desde el inicio de los ERTE. Hay que ver qué pasa con eso, porque en general son empresas muy pequeñas y puede ser que exista un volumen de fraude”, explica otra de las fuentes.
Por otro lado, el ministro Escrivá ha indicado que el gasto en el que ha incurrido el Estado para sostener hasta el día de hoy la herramienta de los ERTE se sitúa entre los 25.000 y los 30.000 millones de euros.
Fuente: Cinco Días