«Ante las reiteradas peticiones de compañeros y amigos para que vuelva a escribir más vivencias sobre la situación actual, me animo y os brindo este nuevo episodio de REFLEXIONES POST COVID:
PRIMEROS DIAS DEL AISLAMIENTO: pongo el programa de Andreu Buenafuente, LATE MOTIF; sale su colaborador POB BOB, un comunicador muy teatral, haspaventoso, que equilibra muy bien lo cómico y el cabaret; pero, lo que a mí más me interesa es su discurso, que es “muy humano”. En la conversación le confiesa a Andreu que está en una fase de su vida que no tiene ninguna certeza de absolutamente nada; es más, emulando a un filósofo antiguo dice: “solo tengo la certeza de que no tengo ninguna certeza”. Me aplico la reflexión: “Vivimos en una época sin certezas”.
DIAS POSTERIORES: salseando en Youtube encuentro un video de Iñaki Gabilondo con unos jóvenes universitarios en una serie de charlas que dio en su día; muy didáctico y enternecedor. Iñaki como final del encuentro les dice: “Tener en cuenta que el pozo de sabiduría del que estáis bebiendo se acaba, y pronto; y más en estos tiempos tan cambiantes”. Reflexión personal: “Mi pozo de sabiduría dura muy poco, mañana tendré que asistir a una webinar de un módulo nuevo a añadir en nuestro ERP de producción; y lo más seguro es que dentro de 15 días habrá que añadir otro modulo a este módulo; o sea el módulo del módulo”.
YA NO ME ACUERDO DE FECHAS, POSTERIORMENTE….: Haciendo un receso a media tarde para liberarme de tanto ordenador ( teletrabajo por esas fechas ) pongo la TV. Sale una serie, creo que se hacen llamar telenovelas (la verdad es que veo poquísima tele, disculparme si no se llaman así); LOS SECRETOS DE PUENTE VIEJO, la artista principal es una señora entrada en años con aspecto de Marquesa de Pueblo que se llama Doña Francisca. Pues, en una secuencia, la tal Doña Francisca le dice a su contertulio: “Las personas no cambian, y si cambian es a peor”. Me quedo con la reflexión en mi cabeza; y a fecha de hoy tras las avalanchas de gente rompiendo las normas en poblaciones como Irún y Ordizia me acuerdo de Doña Francisca y me pregunto, ¿a ver si las personas tras el aislamiento han cambiado a peor?
MAS POSTERIORMENTE: No me acuerdo del número de fase, pero ya han abierto los bares y se puede ir a las terrazas a beber. Acudo a un lugar incondicional mío; esta en el puerto náutico de Hondarribi y es una terraza muy chic (no digo su nombre por ese rollo de la Ley de Protección de Datos, que para eso me trague una conferencia con tal motivo hace un par de años aprox.). Tras los cordiales saludos con el personal al que hacía tiempo no veía, pregunto ¿qué tal se porta la gente? a lo que me responden: “tranquilo Jesús que algunos ni con 7 pandemias van a aprender, nada, ni tan siquiera educación”. ¡Buah¡ qué miedo, me hizo recordar a las “7 plagas de Egipto”, cuando Dios mando a Moisés a hablar con el faraón. Reflexión: espero y confio en todos para que no haya más aislamientos ni pandemias.
FASE DE NORMALIDAD: Veo una noticia en la prensa local. Un afamado multimillonario bizkaino, afincado en México, Tomas Urionabarrenetxea (Nombre difícil de escribir y supongo más difícil de pronunciar) disfruta de un coche anfibio valorado en casi 200.000 euros en Mutriku. Al principio viendo las imágenes recuerdo películas de James Bond, incluso me acuerdo de una espectacular Ursula Andress saliendo del agua en “Agente 007 contra el Doctor No”. Poniéndome a elegir prefiero a Ursula Andress frente al cochecito de Tomas (no me pidáis que escriba otra vez Urion….., que me atasco); pero bueno…, la reflexión no es que prefiero a Ursula al cochecito; la reflexión es que el eslogan de Tomas U. de “VIVA LA VIDA y MUERA EL CORONAVIRUS” que parecer practicar es digno de envidiar.
Conclusión Final: “¡VIVA LA VIDA!: Me voy con Tomas a mi terraza favorita a llenar mi pozo de sabiduría; aunque no sea cierto”
(Jesús Urabayen, Comercial de EuskoData)